jueves, 18 de junio de 2009

Examen Parcial

Calaf Mehta llega a la universidad muy feliz. No ha asistido en dos semanas por estar preocupado por asuntos laborales. Una amiga sale de un salón muy preocupada, lo saluda y le pregunta si ha estudiado para el examen. Él, pensando en que va a dar una simple práctica confiesa que ha leido parte de una separata relacionada con el curso. Ella, sugiere que el examen parcial de hoy va a estar muy complicado y que como es costumbre en él aprobará sin mayor dificultad.
Muy tranquilo, Calaf, siente que se ha perdido, que le han pillado con los pantalones abajo; que tendrá que recordar lo que se ha hecho en clase, que en su mayoría no ha asisitido. Siente que es su entera responsabilidad jalar y que, cuando menos, su regreso a clases luego de su año sabático está siendo muy emocionante.

Llega a su salón, se ubica en una carpeta y repasa lo poco que sabe, lo poco que intuye podrá contestar bien. Sonríe pensando en que no sabía que la semana de exámenes ha empezado, piensa además en los exámenes de los demás cursos, no sabe cual es en cada día. Sonríe porque sabe que para mañana deberá estudiar dos cursos y que la madrugada, a momentos, es demasiado corta.

La profesora, entrega las preguntas y vigila el normal desarrolo del examen. Calaf contesta lo que sabe, lo que se acuerda, lo que cree es lo correcto, lo que aprendió en otros cursos. Responde esperando no jalar, cosa que considera poco probable. Sabe que las preguntas no se contestan solas, pero que tampoco se contesta cualquier cosa incoherente. Cuando siente que ha dado todo, que no podra escribir más, entrega su prueba, sonríe y sale del salón pensando que debe estudiar para mañana y que tendrá tiempo para aprobar su final.